Nada que tenga tu nombre. Eso me
haría bien. Nada que tenga tu sucio nombre. Ningún lugar donde leerte. Nada que
me diga JUAN. Ningún Juan en mi vida. Nada que diga tu nombre. Nada que me
recuerde esas cuatro letras del demonio. Nada que se vincule a tener que pronunciar
tu nombre, una vez más, nada. Ningún nombre. Nadie que me diga: “me llamo Juan”.
Nadie que me diga: “a mi hijo le puse Juan”. Nada. Ningún nombre. Nada que diga
tu sucio y asqueroso nombre. No leerlo más. Que en la tele nadie se llame así.
Que ningún personaje, de ninguna novela se llame así. Que Perón se cambie el
nombre. Que no haya más Juanes. Nadie más con tu nombre. Nunca más tu nombre.
No decirlo, no sentirlo, no permitirme sentir nunca más ese nombre. Nada
que diga tu nombre. Nada. No sentir nada por vos. Eso me haría bien.
viernes, 13 de septiembre de 2013
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