
El ejercicio de la escritura siempre demanda. Entre todas las pretensiones que anhela requiere, sobre todo, tiempo. El proceso creativo no es más que una nube que deriva en otra, y otra, y otra.
El tiempo de crear es cualquier momento. No hay fórmulas secretas ni actos de magia, hay, apenas, instrucciones precisas pero sobre todo convicción y fuerza para que suceda el milagro.
En esta búsqueda propia y ajena, en este caos de cemento donde el refugio es Buenos Aires, en esta cárcel abierta donde el misterio está siempre al pie de la vanguardia y las creaciones por despertarse, es donde me encuentro: en un caos mental, de tierra, agua y mucho viento.
Truman Capote: "Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras."
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