martes, 17 de agosto de 2010

Verde.


Y el camino que solía andar acompañado, me liberó.
Y la sombra que dejaste se marchó, un rato después de la tormenta.
Las anécdotas de las que me hablabas, no tenían más historias que contar.
El horizonte a lo lejos se llevaba las últimas piñas del sol.

Un campo verde.
Las estrellas encendiéndose.
La noche por fin, nos dejó solos.

El tiempo se detuvo, y a nosotros en ese beso.
Un instante después, estaba aferrada a tus manos, para no caer.

2 comentarios:

  1. bello y hermoso
    cariños
    carmen

    ResponderEliminar
  2. me gusta mucho como expresaste todo mediante un color y una constante de texturas.
    Besos para vos

    ResponderEliminar

Corazón blindado

 Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo,  con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...