domingo, 14 de junio de 2020

Y sin embargo

Collage de mi pared ©Angie Pagnotta-Depersia


Me ronda la idea de la muerte, de mi propia muerte. No sé por qué. Desde hace unos días pienso en eso y especialmente en lo que quede de mí en esta tierra, tras mi ausencia. Por eso late cada día la idea de vivir cuanto pueda, como quiera. Un egoísmo práctico que se trata de materializar en lo cotidiano. ¿Por qué postergar el deseo? ¿Por qué postergar el sueño?
La vida es muy corta, y sin embargo... ''Todo es muy simple / mucho más simple y sin embargo /
aún así hay momentos / en que es demasiado para mí'' dice Vilariño, y adhiero a cada una de sus palabras.

©Angie Pagnotta-Depersia

domingo, 24 de mayo de 2020

Roma, amor

Foto: Z.Prop
No miento si te digo que te daría todas mis noches, todos mis días, todas las horas de la tarde, las siestas, el segundo mate del día para que no recibas nada amargo de mí, el mejor despertar y dormir, una cama hecha con rico perfume, un masaje dulce que te distraiga de las tensiones del día, de las deudas, de los pendientes.

No miento si te digo que por vos a mi lado podría matar a cualquiera, podría sólo vivir en la esfera de espacio más pequeña con tal de que seamos nosotros y nadie más. Podría darte la mejor comida casera, las plantas de tu terraza verdes, cuidadas y felices, como tu sonrisa al verme caminar por la casa, entre tus cosas. 

No miento si te digo que, seguramente, mis noches a tu lado serían las más divertidas, las más productivas, las más acertadas. ¿Te imaginas, amor? la casa medio en penumbras, y el sonido de las dos máquinas de escribir titilando e incendiando la noche, como la promesa de leernos, de compartirnos, de escuchar lo que escribe el otro con el oído tal vez menos amoroso pero más sincero.

No miento si te digo que soñé estos escenarios varias veces, y que incluso, anoche, soñé con vos, (después de mucho tiempo, porque duele soñarte). Que tenerte un rato frente a mí, en mis sueños, me removió toda la neblina que se me anudó en el estómago cada vez que nos vimos. Que, como en un acto de magia, ahora mismo estaría con vos, haciéndonos mate, acariciando a la perra, mirándote escribir mientras escribo. Besándote en los descansos de escritura, amándote en los descansos del día, y arriba tuyo en cada rincón del mundo, en cada lugar y para siempre.

El mundo es amargo sin tus besos, sin la presencia de tu cuerpo con mi cuerpo, sin poder abrazarte y por fin, decirte todo, desnudarte todo, desnudarme plena ante lo que imaginé cien veces y me negué mil más, por un amor que, aún, no sé si me corresponde.

No miento, no sé mentir, nunca supe. Y, si ahora vieras mis ojos, –lo sé– entenderías todo lo que no soy por no estar con vos, entenderías todo lo que puedo ser únicamente entre tus manos. 

©Angie Pagnotta

miércoles, 20 de mayo de 2020

Balazo




Leerte me agota, me agobia, me quita el oxígeno.
¿Desde qué siglo tenés la capacidad para lastimarme?
Yo te di ese poder,  ya sé.

Te di la suma de mis penas, de mis miedos, de mi amor. 
Te di la llave,
la clave,
la cura para que –incluso– tu estadía por mi vuelo sea placentera, sin dolor.

¿Pero la mía?
¿Cómo olvidé lo fundamental? ¿Cómo olvidé el pudor de quitarme las tripas en cada palabra que te digo? ¿Cómo me permití esta posesión tuya en mí?

Sin embargo vos transitás por la vida, vas y venís,
caminas de uno a otro lado, como si nada. 
Decís esto o aquello con una liviandad inefable, inmutable. Y yo, arrastrada, 
gateo por tus sombras de miles de kilómetros con la putrefacta esperanza de una sola palabra de amor, una sola, una. Una que conjugue todo, que abra todo, que sea verdadera entre el desierto, pero no.

A cambio, ¿qué recibo? limosnas heladas de tu corazón de témpano. Una pequeñísima mirada –mínima– una pregunta al pasar, un chiste hueco, como si nada. 
Y nada, entonces, es tanto, que me aborrezco. 


©Angie Pagnotta-Depersia

Foto:  Feteme Fuentes

miércoles, 8 de enero de 2020

Fragmento | 1 | #LaHistoriaSinNombre

Foto: Alex Ivashenko

*

Has sido mi amor desde que cruzamos el fuego, desde que tu boca atravesó mis labios, desde que mi lengua se apropió de tu lengua. Química combustión de la danza de nuestras manos al rozarse primero, al amarrarse después. Polvo de universo arrollador que me trae hasta tu cuello, en cada bocanada de aire berlinés. Los dos sabíamos de tormentas y huracanes, los dos sabíamos de silencios y de ausencias, (lo vi en nuestros ojos), y nadie salva a nadie, lo sé, pero tampoco nadie se salva solo.

©Angie Pagnotta-Depersia, fragmento de #LaHistoriaSinNombre (novela en proceso de escritura)

Corazón blindado

 Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo,  con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...