lunes, 22 de abril de 2019
Cadáver
Anoche soñé de nuevo con vos
Construías un cadáver con los huesos de otro.
Me dabas euros y monedas japonesas para canjear
''te van a servir'', decías mientras contabas los billetes.
9.15 me citabas en tu casa para una nueva lección
de cómo escribir bien
sin morir en el intento.
lunes, 15 de abril de 2019
Diario de escritura
01/06/2017
Cada vez que voy al taller viene la euforia/furia/construcción. Viene un telón violáceo que me cubre entera, que se apoya como una mantilla sobre mi pelo y se acomoda despacio entre los dedos que teclean la máquina, las notas, el mate, la lectura en voz alta y los ojos de mi maestro escuchándome. Él ve mi postura, la observa. Pocas veces me interrumpe y siempre me deja ser.
Hoy, por ejemplo, me desconfiguró todo lo que venía pensando sobre Nada que no quieras y lo hizo en un segundo. Él tiene la fuerza del mar, la fuerza de arrasar. Cuando digo esto no hablo de derribar porque cada lección es un nuevo acercamiento a lo más genuino que existe en mí, en mi profundidad como escritora. No subestimes al personaje, dijo, y esas palabras aún rebotan en mi cabeza. ¿Qué quiero hacer cuando escribo? ¿Qué estoy diciendo con esto? ¿Cómo es mi personaje? Nada se puede escribir si no tenés los límites de tu personaje y entonces mi maestro habló de los límites primeros, de aquellos que contornean la figura pero no la comprimen.
De tarea tengo que pensar (y después escribir) un perfil de Vicky/Sophie/Layla en por qué quiero que sea de una forma, en por qué necesito que sea así. Sin trucos, sin artificios y, si los hay, que nunca estén por encima de lo que quiero contar. La segunda tarea fue leer dos libros y la tercera escribir este diario.
¿Cuáles son las motivaciones de mi novela?
©Angie Pagnotta-Depersia
miércoles, 10 de abril de 2019
Presente
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The first image of a black hole, from the galaxy Messier 87. |
(We can see things that are 55 million light-years away from here, but sometimes we are not able to see the essence of ourselves)
©Angie Pagnotta-Depersia
lunes, 8 de abril de 2019
El último infierno
Quise bajar a los infiernos para no decir más tu nombre,
no repetirlo,
ni si quiera por fuerza de pronunciamiento.
El último infierno fue tu último beso.
Bajé a los infiernos y descendí hasta tus últimos pasos,
todavía duelen las huellas,
pero ya no estás ahí, lamiéndome.
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Corazón blindado
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