La casa se desnudó del abismo. Entré y allí estaba el lugar vacío de cada sueño que juntos, creímos, se haría realidad.
Cajones enteros de desgracia, paredes con sombras que ya no están, armarios y estantes de polvo de corazón, van marcando heridas que hoy son imborrables y la tempestad no para de crecer.
La soledad, aquella amarga companía, baña las espinas de mis ojos, otra vez.
Ni templo, ni distancia. Ni mar, ni abismo
Aquello que dijiste se irá lentamente y de a poco decantará la sal que sobra del mar.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Corazón blindado
Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo, con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...
-
Las ganas y el cuerpo se movilizaban. Las sábanas envolvían fragmentos de piel desnuda, que no llegaban a ser contemplados por las manos. Lo...
-
Foto: Alex Ivashenko * Has sido mi amor desde que cruzamos el fuego, desde que tu boca atravesó mis labios, desde que mi lengua s...
No hay comentarios:
Publicar un comentario