jueves, 8 de octubre de 2009

Al menos un momento de magia


Todo lo sólido se transformó en un líquido apenas con tinte rojo.
No podía convertirse en otra cosa. Nada más lógico que fueran restos de corazón disueltos en lágrimas.
Y junto al temblor del cuerpo, se aproximaba un cálido abrazo.
Al menos un momento de magia, un par de horas tal vez.
Ese fueguito interno, contenido, crece cauteloso.
Castigado por las sombras del pasado. Castigado por el miedo.
El fuego avanza como tal, y la llama sigilosa, espera.

3 comentarios:

  1. ¡Que bello texto!!
    me ha encantado y has logrado una buena fusión de prosa e imagen.

    María

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  2. Es un verdadero "retrato narrado", muy bueno.

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  3. Gracias María, por unirte a seguidores y por comentar. Me alegra que te guste. Beso

    Gracias Charly! besos

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