Otras veces lo encuentro con la cabeza inclinada hacia un costado, escuchando los ruidos y las voces de la radio.
Ahora, como lo hace a menudo, está peleando con mi perra Fiona. Se miran, se buscan, se huelen y se cachetean.
Neyén tiene un lunar en su nariz, tal como lo muestra la foto que le acabo de sacar. Sabe perfectamente que su lunar es seductor para otras gatas, incluso para muchas personas que lo han consentido por tenerlo. Mi gato, juega con la seducción de su nariz y la frota siempre contra la pera de nuestros invitados o mía.
Se enrosca en su cola de chocolate y vuelve a su almohadón. Neyén, sabe que la tarde está por terminar y aunque hoy no hubo sol-como ayer- se sienta junto al ventanal del comedor.
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