miércoles, 1 de diciembre de 2010

Sueños enteros


No soy de las mujeres que buscaron el príncipe azul.
Tampoco de las que soñaron con arropar un bebé y llevarlo a pasear por la plaza.
Nunca admiré las tareas de la casa. Me gusta cocinar por placer y es la única tarea del hogar que prefiero. Aunque ordenar también tiene un cierto encanto, más que nada para revolver cajones viejos...
No me gusta el falso protocolo, la cena romántica con velas, los gestos complacientes de falsa sinceridad y mucho menos la media sonrisa que pretende engañar.
No soy de las mujeres que dejan todo para complacer al marido.
Tampoco de las que necesitan revivir reconciliaciones de mil horas de amor en la alcoba.
Hoy, nada de eso es activo en mi vida, y sin embargo, sigo siendo la misma que no sueña con nada de todo aquello, pero que alguna vez imaginó por dos segundos que todo aquello podría pasar.
¿Cuál de todas mis versiones soy?
La Alejandra poética, la caprichosa, la femme, la que prefiere la soledad, la social y espléndida, la que quiere pintar y ser grande como el genio Dalí, la joven actriz o simplemente soy yo que quiero ser todas en mí...

1 comentario:

  1. hacia mucho no lograba conectarme a la net
    he leido algunos textos y me han parecido bellisimos
    me gusta la idea de los sueños enteros creo que todos tenemos algunos sueños asi
    cariños

    ResponderEliminar

Corazón blindado

 Tu corazón está blindado (como estuvo siempre) simpatizo, sin embargo,  con la idea de —algún día— quebrar la protección absurda de tus can...