No creí que fueras el indicado.
No creí en tu amor.
No acepté las fuerzas de tu alma por ahorcarme.
No supe complacer tu paraíso cruel.
No me arrastré por tu memoria.
No temí decirte adiós.
Sólo sé que perderte fue encontrarme y en el cajón del pasado quedarás desvanecido.
Las sombras que dejaste se marcharon.
Hoy suplico a mi presente no cruzarte en los pasillos del jardín.
jueves, 2 de diciembre de 2010
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