Los
primeros mates del día, con la primera ansiedad. Afuera hay smog, viento y un
hermoso día de sol de invierno. Miro a los pájaros rabiosos que van de un lado a otro, a toda
prisa. Los miro y pienso que van con rumbo incierto, pero ellos saben a dónde
van. Su vuelo tiene verdadera firmeza. Los pájaros no se arrepienten, no discuten,
no piden perdón ni cometen errores, porque en la libertad de sus alas está su
corazón y un corazón sincero –si es realmente sincero– nunca se equivoca.
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Los pájaros son inexplicables.
ResponderEliminarlos pajaros no tienen que pedirle disculpas a la ropa que visten por no darles el rostro que les pertenecen. Son del viento y del esfuerzo, nada mas. Si no lo logran de esa manera, no lo logran en absoluto, pertenecen sin mas, a las ruedas de los autos , a las practicas de las patadas de los niños. Si yo fuera pàjaro, no sabria de preguntarme si tengo tiempo de ser pasado.
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