Ninguna cosa volverá a ser como antes.
Ni remar mil ríos contra la corriente, volverá de un golpe el pasado.
Ni esfuerzos por progresar en relaciones ahorcadas, ni ganas ni empeño en que suceda lo más sano.
Nada volverá a ser como antes, ninguna velada, ningún festejo.
Las hojas del otoño se llevaron lo último y no hay más.
Quizás, y si vuelven estaré.
miércoles, 6 de octubre de 2010
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